Se confunde la luz del alba con la del ocaso;
Pero la luz del principio no es la misma que la del final.
Y el viejo engrane no resistió la nueva maquinaria,
Y el engrane nuevo daño la vieja,
Y el engrane apto sigue extraviado.
En alguna caja de herramientas,
En un lote baldío o en alguna
Tienda para máquinas que nunca han servido.
Una maquinaria, se dice perfecta,
Bien aceitada y aprobada por su manufacturero;
Pero igual no anda bien,
No se le encuentra el problema
Mas que el engrane perfecto parece no haber sido hecho.
¿Será el perfecto el indicado?
¿Será el material,
Inclusive el color o su obvia forma?
Nadie sabe, y la máquina sigue sin andar bien.
Aún quedan unas cuantas piezas por probar
Y queda un largo camino por tropezar.
En una senda oscura y sin saber si el lucero apenas sale
O simplemente se esconde de nuevo
O para siempre.
Guillermo García García