miércoles, 30 de marzo de 2011

La maldita que se queda

con lo salado de las lágrimas y el malsabor de no haber hecho todo lo que debía de hacer. doce horas malgastadas. hay que dormir. hay que soñar. aunque en esas horas los sueños que ya tenía, se los hayan mallugado.. y el sueño que tenía lo cambió por minutos de libertad.
hay tanto que decir y aún más que callar. las palabras se secan formando una costra que nadie quiere 'suavizar'. y el tiempo, a regañadientes, todo ayuda a olvidar.
con el hipnotizante sonido de la gravedad, ella piensa en dormir, en recordar.
con el sonido de no sé qué, ella piensa en vivir, en olvidar.

jueves, 17 de marzo de 2011

14 Días

como es lo usual, me regocijo en la música mientras espero que unas largas trescientas treinta y seis horas pasen, de ser posible, desapercibidas. ese tiempo es mínimo si lo que intentamos es cambiar un patrón que se ha dado ya, por años. ese tiempo es justo lo necesario (y me atrevo a decir que hasta sobran algunos segundos) si lo que se busca es hacer recapacitar.
yo estoy aquí, igual que hace tres marzos. dispuesta a repetir mil veces las palabras que se ha llevado el viento. y tú ahí, con mil cosas rondando tus pensamientos.. y no tomarás una decisión -si te conozco bien- sino hasta el último momento. así somos y de eso nada va a cambiar. siento el sonido del tiempo como un soundtrack continuo que me sigue donde vaya. escucho aquellas canciones para agilizar el movimiento de al menos unos 4 minutos.. las noches son más llevaderas, pues las horas no me alcanzan y mi mente vuela lejos de aquí. cargo tu fotografía, eso sí, por dondequiera que vaya. probablemente le eche un vistazo alrededor de dos millones de veces en estas doscientas ochenta y ocho horas que aún restan.. tengo una biblioteca llena de canciones para cuando necesite acelerar el tiempo.. y varias noches llenas de todo para atajar el impacto del recuerdo.
y la cuenta regresiva continúa...

sábado, 12 de marzo de 2011

Mis ojos

Mis ojos empiezan a inquietarse
En la oscuridad de la noche,
En lo poco tranparente del día
Y en la imagen de la mente.

Como el faro de un aeropuerto,
Como sonar,
Como un radar,
Como un sensible scanner.

Escudriñan cada esquina,
Hacia arriba en los anuncios,
Hacia los lados en las ventanas,
Hacia abajo en mis zapatos.

En cada minúsculo
Y holgado lugar,
A cada minuto,
Y al viajar adelante y atrás.

Y donde estos portales buscan
Te encuentran.
A donde se dirigen
Te plasman.

Estás en mi cuarto,
En mi cama,
En mi mesita de noche,
Y en mi closet;
En el suelo,
En la puerta,
En mi ropa,
Y en aquella suéter.
En el gorrito,
Y hasta en los tacos de futbol.
En las figuras de colección,
En el celular y todos sus emoticones.
En el espejo,
En el pasadizo,
En el baño,
En la sala,
En el sillón,
En los almohadones,
Y en las fotos de mis familiares.
En la computadora (y todos sus componentes).
En las guitarras,
En las canciones,
En los sonidos,
En la parada del bus,
(La tuya y la mía)
En el bus,
En aquel asiento,
En aquella lluvia,
En aquella conversación,
En muchas otras,
En el desorden,
En el orden.
En el beso,
Y el otro beso,
Y las lágrimas
(Las tuyas y las mías)
Y el abrazo que deseaste,
Y el que no quisiste,
Y el que medio diste.
Y en el recuerdo,
Y en el ahora,
Y en el futuro…

Y estás con él y no conmigo…
Pero mis ojos te siguen encontrando…

Guillermo García G (7/02/11)

Recital de poesía. Letras 11-03-11