Le subo el volumen a la música
Para no escuchar mi estridente voz
Y para enmudecer el sordo mundo
Que lastima los oídos de mi corazón.
Y trato de que mi corazón
Escuche mi cerebro,
Y de que mi cerebro
Deje hablar a mi corazón.
El ácido que derramé
En ese lugar que nos duele
Y no sabemos dónde,
Ha carcomido mucho ya.
Y al espacio vacío que ahora hay
No le he podido llenar
Ni con ella
Ni con esto.
Los colores de la vida
Me han cambiado de nuevo
Y sólo blues interpreta mi alma
Con ritmos de balada y poco rock.
¿Confundido?
¿Decepcionado?
¿Resignado?
Muy revelador y obvio...
Muy típico,
Muy común,
Bastante repetido
Pero cada vez parece nuevo.
No sólo porque olvidamos
Si no porque nos esperanzamos
Y arriesgamos todo
En un poema con predecible final:
El fin...
Guillermo García García
17/09/10
mae q rajado, jajaja, di mae, sin palabras, solo aplausos, excelente....
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