domingo, 9 de agosto de 2009

La Mentira Del Dar Por Amar, Guía En La Cual Las Mentes Despiertas Escuchan La Voz Del Mal A Su Alrededor

Alguna vez creí en la mentira del dar por amar, dar por querer. Seguro ahora que nadie hace nada más que por mero interés, le escribo lo siguiente para despertarlo a usted también. De manera previa, sin embargo, le aviso que si bien mi retórica no es débil, es, asimismo, insuficiente para aquellas personas cuyas mentes tan profundamente dormidas no han percibido al mal acechando su entorno; aquellos nunca heridos lo suficiente, por suerte o fatalidad (les dejo a ustedes este asunto para filosofar).

Primero, le invito a hacer una exploración a cada unos de sus pasos. Y enfóquese en aquellos detalles que han marcado su vida o simplemente la han decorado. Todos esos abrazos. Todos los besos. Piense si en cada uno de ellos no venían con recibo impreso, con factura en mano. Cada bocado de su plato, bebida embriagante, canción reproducida, oso de peluche. Cuantas de esas personas “especiales” no se encuentran al otro lado del teléfono. Cuantos de ellos no le ven en años. Piense inclusive en sus mascotas, ¿acaso su servil actitud no es para asegurarse un tazón de comida?

Nunca escuches los problemas de alguien más y mucho menos, aceptes un halago. Son el prólogo a la petición de un favor. ¿Qué te tuteo en este párrafo?, seguramente te pediré algo.

Siga por el sendero que le esbozo, como agente activo, con hambre de explotación, con gula al cobrar, con impávida crueldad e intolerancia, y no habrá sol más brillante, mejor ser humano, que usted. No obstante, se ve actualmente envuelto en una deuda, un compromiso conmigo. Usted me debe cada adjetivo, pronombre, artículo, oración compuesta, tilde, punto, sustantivo, verbo, sufijo o prefijo, imagen asociada o musicalidad encontrada de este texto (su guía). Y no habrá billete o favor que no le pida; porque solo la muerte no cobra y, probablemente, ella sea quien usted menos quiera ver.

1 comentario:

  1. Tal vez algunos dirán que son temas tratados, temas repetidos, temas conocidos pero para mí, cada vez que leo una reflección de Solís me doy cuenta que nunca esta de más darse un güevazo por la jupa para reacomodar la conciencia y darse cuenta de las veces que sabemos lo que somos y lo que son y aún así seguimos el mismo camino sin ni siquiera tratar de cambiar. Por cierto recorde un dicho que tengo: "La vida paga muy lento pero a veces cobra muy rápido."

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