martes, 22 de febrero de 2011

equis.

yo, de niña, no conocí tanto como mis manos hubieran deseado.
si supieras que me encariñaba hasta con peluches
con tal de asegurarme de dar un abrazo diario.
y qué decir de mi cuaderno negro de poesías, a mis doce años.
yo sé que no soy lo que muchos esperan que sea,
y que no he sido lo que yo misma esperaba ser..
y me pregunto a veces, después de cada amanecer,
¿y qué si es verdad que no soy para tí?
¿y qué si pasa igual que aquel diciembre al azar
cuando encontré un lugar en donde descansar un rato,
y el rato se extendió a meses ligeros,
tan sólo días después desde que decidí ceder?
talvez no entiendas, a veces ni yo me entiendo,
pero confieso aquí y a cielo abierto
que tengo miedo.
nunca he sabido decir adiós y mucho menos sé
cuándo es preciso hacerlo. ¿y si me voy ahora mismo,
me pregunto, encontraré pronto dónde descansar de nuevo?
estás aquí sólo a veces
y yo te necesito siempre.
un recuerdo es un siempre, aunque sea un recuerdo.

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