Que difícil cuando la marea te escupe a tierra;
Que desgastante cuando la colina se empina hasta el cielo;
Que nostálgico cuando la lluvia te hace buscar refugio.
Mas sin embargo, amas la fuerza del océano,
Admiras lo sublime de las montañas,
Y deseas más que nada refrescar tu alma
Con la calidez de un frío aguacero de marzo…
Guillermo García García
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