Los dos allí,
En una calle de desierto salino,
Bajo una lámpara enferma por la edad.
La luz violeta iluminaba su rostro,
Sus ojos grandes, sus pómulos abultados.
Él se llamaba Andrés y sólo pensaba en besarla.
Su corazón goteaba,
Lo delató la mancha en su camisa.
La mujer, quebrándolo con su mirada,
Esperaba asustada.
¿A qué le temía?
Un gato trepó a un árbol;
Y una hoja a la luna.
El violeta cambio a plateado;
Y el plateado a cobre.
El viento saludaba de vez en cuando.
Él se llamaba Andrés Noé y dio un paso atrás.
La boca de ella por fin se abrió,
Liberando mariposas de vidrio blanco.
-- No te vayas que te necesito
¿Podría ser cierto?
Sus manos de agua tomaron las de ella…
(de hielo antártico).
Su corazón casi cuajaba.
-- Dime lo que quieras.
Y ella….Ella escupió un enjambre de abejas:
-- Quiero a tu amigo, ¿Me podrías ayudar?
Él se llamaba Andrés Noé Solís,
Y ella se llamaba Karma.
"...Bajo una lámpara enferma por la edad... Liberando mariposas de vidrio blanco... Lo delató la mancha en su camisa...." Geniales, pero geniales. Hace días no leía algo que me emocionara tanto, fatal y lindisimo!
ResponderEliminar¡¡¡Bravo!!!
ResponderEliminarQué más puedo decirle a un escritor con tanta creatividad e inteligencia?
mae solís q jeta este poema... mae algo que me gusta de sus poemas y en general de todo lo q ud escribe es q siempre me pone en incertidumbre y nunca me puedo imaginar como es q termina y llego y bum ese final pichudisimo bien hecho solis!!
ResponderEliminarMe encantaron tus textos, estuve buscando más en la red y considero que tienen alma, tienen mucho más que palabras, en serio, qué suerte haberte leído.
ResponderEliminarsí Arcelia, este muchacho tiene un gran espíritu....
ResponderEliminarMuchas gracias Arcelia, hace tiempo q no escribo, y sus palabras me alientan a hacerlo. Es bonito para uno no lo solo q le guste a los demas lo q uno escribe sino q hasta quieran leer mas. Por ud y por Guillermo, voy a publicar algo nuevo. Muchas gracias!
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